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ZAPPER DRA. HULDA CLARK
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Milagrosa Limpieza Hepática

 

 

El hígado es un órgano o víscera del cuerpo humano y, a la vez, la glándula más voluminosa de la anatomía y una de las más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Desempeña funciones únicas y vitales como la síntesis de proteínas plasmáticas, función desintoxicante, almacén de vitaminas, glucógeno, etc.... Además, es responsable de eliminar de la sangre las sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo, transformándolas en otras inocuas.


El hígado se localiza en la región del hipocondrio derecho del abdomen, llenando el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla, y se relaciona con el corazón a través del centro frénico, a la izquierda de la cava inferior. Su consistencia es blanda y depresible, y está recubierto por una cápsula fibrosa, sobre la cual se aplica el peritoneo. El peso aproximado: es de  1500 gramos.


      Está dividido en cuatro lóbulos:


  • Lóbulo derecho, situado a la derecha del ligamento falciforme.
  • Lóbulo izquierdo, extendido sobre el estómago y situado a la izquierda del ligamento falciforme.
  • Lóbulo cuadrado, visible solamente en la cara inferior del hígado; se encuentra limitado por el surco umbilical a la izquierda, el lecho vesicular a la derecha y el hilio del hígado por detrás.
  • Lóbulo de Spiegel (lóbulo caudado), situado entre el borde posterior del hilio hepático por delante, la vena cava por detrás.
                                                              

La circulación hepática es de naturaleza centrípeta y está formada por el sistema porta y la arteria hepática. El sistema porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo (15 ml/min) y contiene sangre poco oxigenada y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del bazo. La circulación general depende de la arteria hepática, rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada (irrigación nutricia).


Cada espacio porta, se encuentra en la confluencia de los lobulillos hepáticos, que son formaciones más o menos hexagonales de células hepáticas y que posee en el centro la vena centrolobulillar, cuya confluencia da lugar a las venas hepáticas, que finalmente drenan en la vena cava inferior. Por lo tanto, la sangre rica en nutrientes de la absorción intestinal (vena porta) y en oxígeno (arteria hepática) se mezcla en los sinusoides hepáticos (espacios entre hepatocitos), para metabolizarlos y sintetizar las sales biliares. Fenómenos infecciosos, tóxicos e inflamatorios, entre otros, desestructuran los lobulillos hepáticos y los espacios porta, conduciendo a la hipertensión portal porque obstaculizan el flujo sanguíneo. Este órgano es el principal productor de la urea, la que posteriormente es excretada en los riñones. El drenaje linfático del hígado corre a cargo de vasos que desembocan en la vena cava inferior o en los ganglios hepáticos que siguen el recorrido inverso de la arteria hepática.


                                                                  


El hígado desempeña múltiples funciones en el organismo como son:


  • Producción de bilis: el hígado excreta la bilis hacia la vía biliar, y de allí al duodeno. La bilis es necesaria para la digestión de los alimentos. 
  • Metabolismo de los carbohidratos:
    • La gluconeogénesis es la formación de glucosa a partir de ciertos aminoácidos, lactato y glicerol.
    • La glucogenólisis es la fragmentación de glucógeno para liberar glucosa en la sangre.
    • La glucogenogénesis es la síntesis de glucógeno a partir de glucosa.
  • Eliminación de insulina y de otras hormonas.
  • Metabolismo de los lípidos. 
    • Síntesis de colesterol.
    • Producción de triglicéridos. 
  • Síntesis de proteínas, como la albúmina y las lipoproteínas. 
  • Síntesis de factores de coagulación como el fibrinógeno (I), la protrombina (II), la globulina aceleradora (V), proconvertina (VII), el factor antihemofílico B (IX) y el factor Stuart-Prower (X).
  • Desintoxicación de la sangre:
    • Neutralización de toxinas, la mayor parte de los fármacos y de la hemoglobina.
  • Transformación del amonio en urea. 
  • Depósito de múltiples sustancias, como:
    • Glucosa en forma de glucógeno (un reservorio importante de aproximadamente 150 g). 
    • Vitamina B12, hierro, cobre,...
  • En el primer trimestre del embarazo, el hígado es el principal órgano de producción de glóbulos rojos en el feto. A partir de la semana 12 de la gestación, la médula ósea asume esta función.

El hígado está muy propenso a sufrir daños por la exposición a tóxicos debido a que los dos sistemas circulatorios pueden llevar hasta al hígado substancias tóxicas o que se vuelven tóxicas con las transformaciones que tienen lugar en este órgano (esto se llama bioactivación).


Algunas de las reacciones que sufren los tóxicos en el hígado de hecho los convierten en substancias menos tóxicas o no tóxicas y más fáciles de excretar, en este caso se dice que el hígado hizo una detoxificación.


Es el único órgano que vuelve a crecer después de que se le quitó un pedazo. Realiza más de 500 funciones. Cada droga, medicamento, pesticida, sustancia alimenticia o química es procesada o metabolizada por las células del hígado. Si estas sustancias no se procesan, se almacenan en el tejido graso y en las membranas de las células del cuerpo. El peligro del almacenamiento de estas sustancias es que se liberen durante el ejercicio, el estrés o el ayuno y puedan dañar al cuerpo.


Esto puede causar síntomas no deseados como dolores de cabeza, dolores de estómago y náuseas. Si estas sustancias dañinas no son procesadas, se acumulan en la sangre lo que puede crear más trabajo para el sistema inmunitario.


¿Qué sucede con los medicamentos que ingresan al hígado?


La mayoría de los medicamentos deben ser procesados por el hígado para que sean útiles al cuerpo. Cuando los medicamentos ingresan al hígado, las enzimas hepáticas intervienen para que los medicamentos no lo dañen. Cuando ingresan más medicamentos, más enzimas intervienen.


Un hígado con demasiado trabajo empeora los efectos secundarios de los medicamentos. No tiene la capacidad de absorber bien los medicamentos y se vuelven tóxicos. Los medicamentos, los metales pesados, solventes, toxinas, hepatitis, el alcohol y las drogas inyectables aumentan el nivel de las enzimas hepáticas. Los niveles elevados se deben a la toxicidad de los medicamentos o a la coinfección con la hepatitis C o B. Cuando se usa tratamiento antirretroviral se puede padecer toxicidad hepática, pero todas las personas son diferentes, al igual que los medicamentos.


Si está tomando medicamentos, hierbas, suplementos, vitaminas, etc.  y no puede prescindir de ellos, es conveniente mantenga su hígado ocupado, trabajando durante el día. Coma liviano y poco, cada tres horas durante el día, hasta las 7 PM y luego deje descansar su hígado hasta el día siguiente. Trate de tomar todos sus medicamentos antes de esa hora indicada. La excreción de toxinas naturalmente comienza a partir de esa hora.


Cuando hay problemas de hígado no es conveniente el ayuno, puesto que al dejar de comer, el hígado comienza a excretar tóxicos y esto es perjudicial para su organismo. Usted se pondrá temperamentalmente bilioso e insoportable porque su hígado lo estará intoxicando. Solo pueden ayunar aquellas personas que tengan un hígado y vesícula libre de cálculos biliares.


A veces, cuando el hígado procesa una sustancia, ésta se activa. Si esto ocurre, el hígado produce derivados tóxicos que pueden dañar al cuerpo. Por ejemplo: cuando el hígado procesa acetaminophen o Paracetamol, se producen sustancias que son malas para el cuerpo. Medicamentos que tendrían que estar prohibidos para tratar problemas de salud.


Para eliminar las sustancias dañinas, el hígado tiene dos vías de desintoxicación. Generalmente, las vías de desintoxicación transforman las sustancias químicas que se disuelven en grasa (solubles en grasa) en sustancias químicas que se disuelven en agua (solubles en agua). Solo las sustancias que se disuelven en agua pueden ser eliminadas del cuerpo a través de fluidos como la orina y la bilis.


A pesar de que el cuerpo funciona mejor si el hígado trabaja a su capacidad máxima, una persona puede vivir aunque solo funcione una parte del hígado (10% al 20%). Si el tejido del hígado está dañado, es más difícil que funcione como debe. Cuanto más daño exista, más se debilita el hígado.


La medicina oriental considera desde hace mucho tiempo que el hígado es uno de los órganos más importantes y poderosos del cuerpo.


            Lamentablemente enfermedades del hígado, en la actualidad, se han vuelto comunes en muchas personas, cuando no tendría porque ser así, porque si nos enseñaran como funciona y como se desintoxica naturalmente, este maravilloso órgano, todos nuestros problemas estarían resueltos…


            Enfermedades comunes del hígado:


Si usted sufre de algunos de los síntomas presentados a continuación, o de alguna condición similar, es seguro tenga un gran número de cálculos biliares en su hígado y su vesícula:


  • Adormecimiento o parálisis de las piernas
  • Alto colesterol
  • Asma. Alergias. Enfermedades de las cavidades nasales, bronquios, pulmones.
  • Cabello grasoso o pérdida del cabello
  • Cirrosis hepática. Hepatitis.
  • Color oscuro debajo de los ojos.
  • Congestión Hormonal.
  • Cuello rígido.
  • Desequilibrios hormonales.
  • Desórdenes cerebrales. Sistema Nervioso.
  • Desórdenes digestivos, úlceras (gástrica o péptica), Acidez. Tumores.
  • Desórdenes del sistema circulatorio. Enfermedades Cardíacas. Pobre Circulación, venas varicosas.
  • Desórdenes del sistema urinario.
  • Deterioro hepático. Produce: Mareos, confusión, temblor de manos, baja en el azúcar en sangre, infección, retención de fluidos, sangrado incontrolable, coma) 
  • Dureza de las articulaciones y músculos.
  • Enfermedades de la boca, infecciones bacterianas (candidiasis), infecciones virales (herpes).
  • Enfermedades renales.
  • Enfermedades Intestinales.
  • Enfermedades del Páncreas. Desequilibrio del ph. Ácido/Alcalino.
  • Enfermedades de la Vesícula y los conductos biliares.
  • Escoliosis
  • Exceso de peso o debilitación
  • Extremidades frías
  • Fuertes dolores en la espalda y hombros
  • Gota
  • Heces Fecales de color arcilla
  • Hemorroides
  • Impotencia
  • Mal de Alzheimer
  • Manchas del hígado, especialmente aquéllas en la parte anterior de las manos y la cara. Agrietamiento de la piel.
  • Mareos y episodios de desmayos
  • Obesidad
  • Ojos hinchados
  • Ojos y piel amarilla
  • Osteoporosis. Enfermedades articulares.
  • Problemas sexuales
  • Personalidad molesta o ‘biliosa’
  • Pesadillas
  • Problemas de visión
  • Problemas dentales o de encías
  • Problemas urinarios

La hepatitis simplemente significa inflamación del hígado. Es causada por cálculos biliares, virus, bacterias, parásitos, radiación, drogas, sustancias químicas y otras toxinas. Existen varios tipos de hepatitis virales y cada virus se transmite en forma diferente y causa síntomas distintos. Las hepatitis virales más comunes son la hepatitis A, B y C.


La hepatitis A o VHA se transmite a través del contacto directo o indirecto con heces o con sustancias que las contengan. Las personas pueden contraer hepatitis A  al comer mariscos contaminados, crudos o poco cocidos, al consumir alimentos o agua contaminada con heces, al mantener relaciones sexuales, especialmente al tener contacto oral-anal. Aparecen también cuando un cierto número de lóbulos hepáticos están congestionados con cálculos biliares.


La hepatitis B o VHB se transmite a través de relaciones sexuales, con personas con hepatitis,  sin protección y al compartir agujas contaminadas, por sangre, semen, fluidos vaginales, contienen grandes cantidades de virus. Otra manera de contraer el virus (aunque ocurre raras veces) es compartir cepillos de dientes, hojas de afeitar o limas para uñas, con alguien que tenga hepatitis B. La hepatitis B se transmite mucho más fácilmente que otras infecciones. Los cálculos biliares pueden albergar una gran variedad de virus vivos. Toda vez que algunos de estos virus se liberan y entran en la sangre pueden causar esta hepatitis u otras.


La hepatitis C o VHC y la coinfección con otros virus son muy comunes. La hepatitis C desaparece en días, casi demasiado rápido para poder estudiarlo. La hepatitis C es fácil de curar erradicando las amalgamas de metal de los dietes y la consiguiente eliminación de la radiactividad de los mismos.


Se empieza a recuperar de inmediato (en días). Si la bilirrubina total es ya de escalada, aunque muy ligeramente por encima de los valores normales, se debe actuar inmediatamente.  Un hongo está tratando de crecer en el hígado. Produciendo aflatoxina. .Es posible que ya hayan cambiado su amalgama por plástico, lamentablemente, una gran parte de ella aún reside en las encías y las encías del canal donde todas las piezas recogidas durante el traslado.  Inicie la rutina gárgaras y enjuagues bucales con plata coloidal.  Convierta en un hábito diario, como cepillarse los dientes.  En unos pocos meses podría estará mucho mejor. Si aún conserva las amalgamas en su boca, no las cepille, ni friccione. Evite alimentos y bebidas calientes. Solo limpie con hilo dental y cepille los otros dientes que no tengan amalgamas, hasta que se las retiren. (Solicite protocolo de extracción de amalgamas para llevar a su dentista).


La cirrosis es la cicatrización del hígado que impide su buen funcionamiento. Muchas enfermedades crónicas del hígado terminan en cirrosis. Esto sucede cuando el hígado es dañado una y otra vez. Las causas pueden ser beber mucho alcohol, usar drogas de recreación, una hepatitis viral crónica o la exposición repetida a sustancias químicas tóxicas y el cáncer.


En todas las hepatitis, cirrosis, así como casos de ictericia sacar el metal de la boca totalmente es la clave y la cura, en particular el cobre, el cobalto, cromo, níquel y mercurio. Si la supervivencia está en juego debe extraer la amalgama con el diente, y no sustituirSolicite reemplazos de plástico, es un material fuerte y resistente y no tóxico para el organismo. Antes del reemplazo solicite a su dentista una muestra para analizar. Su vida está en riesgo.  Comience con la Desparasitación herbal cuanto antes. Siga con la limpieza de Riñones, Intestinos y finalmente la limpieza hepática, sin saltar este orden. Complemente con L-Cisteína, Coenzima Q 10, Pura (Nunca use la sintética que inventaron los chinos e inundaron el mercado) y una vez concluida las extracciones de metales, tome Ácido Alfa Lipoico Complemente con cápsulas de semillas de cardo mariano, para ayudar al hígado para que se recomponga(1 cápsula 3 veces al día). (Todos estos productos deben ser adquiridos directo de distribuidor o proveedores confiables, para tener éxito en esta desintoxicación). 


Los hongos Aspergillus y Penicillium, dependen de los metales mencionados, cuando estos metales se han sacado los hongos dejan aflatoxina. Al quitar el mercurio  de la boca se detiene la inhibición de la enzima bilirrubina oxidasa.


(De "La Cura y Prevención de todos los cánceres, páginas  461-463; Dra. Hulda Clark)


Mucha gente piensa que los cálculos biliares sólo se encuentran en la vesícula. Ésta es una común y errónea suposición. La mayoría de los cálculos biliares se forman en el hígado y comparativamente pocos ocurren en la vesícula. Esta declaración es fácilmente verificable si usted lleva a cabo una limpieza de su hígado. No importa mucho si usted es una persona común, un médico, un científico, o alguien que ya no tiene vesícula. Los resultados de la limpieza del hígado hablan por si solos.

 

No hay cantidad de pruebas científicas o explicaciones médicas que los hagan más valiosos de lo que ya son. Una vez que vea los cientos de cálculos biliares de color verde o crema flotando en su inodoro durante su primer limpieza del hígado, usted intuitivamente sabrá que ha descubierto algo importante para su vida. Para satisfacer su curiosidad, usted podrá decidir llevar los cálculos a un laboratorio para que los analicen químicamente o preguntarle a su médico qué opina de todo esto. Lo más importante de esta experiencia es el hecho de que usted tome una activa responsabilidad por su salud, probablemente por primera vez en su vida.

 

No todos son tan afortunados como usted. Aproximadamente un 20% de la población global desarrollará cálculos biliares en su vesícula en algún momento de sus vidas. Sin embargo, esta cifra no incluye a la gran cantidad de gente que desarrollará cálculos biliares en su hígado o que incluso ya los tiene.

 

El confiar tanto en pruebas sanguíneas con propósitos de diagnóstico, como lo hace la medicina convencional, puede estar en desventaja al momento de estimar la salud hepática. La mayoría de la gente que sufre algún tipo de problema físico tiene niveles de enzimas hepáticas perfectamente normales, a pesar de sufrir congestión hepática.

 

La congestión y el estancamiento hepático se encuentran entre los problemas médicos más comunes, y sin embargo, la medicina convencional no hace referencia de ellos, así como tampoco tiene forma de diagnosticar estas condiciones. Los niveles de enzimas hepáticas en la sangre se elevan cuando hay un avanzado nivel de destrucción celular, como sucede, por ejemplo, en el caso de la hepatitis o inflamación del hígado. Las células hepáticas contienen una gran cantidad de enzimas.

 

Cuando se revientan, las enzimas entran en la sangre y señalan la anormalidad hepática. Pero para entonces, el daño ya sucedió. Tomará varios años de congestión para que tal evento sea posible. Por lo tanto, las típicas pruebas clínicas no son la manera confiable de detectar piedras en el hígado.

 

Al entender cómo los cálculos biliares en el hígado contribuyen a la aparición de prácticamente cualquier tipo de enfermedad, y al tomar algunos simples pasos para removerlos, usted estará tomando el control de la restauración de su propia salud y vitalidad de manera permanente. Las implicaciones en la aplicación de la limpieza hepática, ya sea para usted, o sus pacientes, si es un trabajador de la salud, son realmente satisfactorias.

 

El tener un hígado limpio es como tener una nueva oportunidad de vivir. El hígado tiene control directo sobre el crecimiento y el funcionamiento de cada célula en el cuerpo. Cualquier tipo de falla en el funcionamiento, deficiencia o patrón de crecimiento anormal en las células se debe en gran parte a un pobre desempeño hepático. Gracias a su extraordinario diseño, el hígado usualmente ‘parece’ funcionar adecuadamente (valores sanguíneos equilibrados), aun hasta después de perder hasta el 60% de su eficiencia original. A pesar de ser engañoso para el paciente y su médico, el origen de la mayoría de las enfermedades pueden ser fácilmente rastreadas al hígado.


Todas las enfermedades o los síntomas de mala salud son causados por algún tipo de obstrucción. Si un vaso sanguíneo se obstruye y por lo tanto no puede proveer oportunamente el vital oxígeno o nutrientes a un grupo de células, las células tendrán que activar medidas específicas de emergencia para poder sobrevivir. Por supuesto, muchas de las células afectadas no sobrevivirán la ‘hambruna’ y simplemente morirán. Pero otras células, más resistentes, aprenderán a adaptarse a la situación adversa (mutación celular) y a vivir a partir de productos tóxicos de desecho metabólico. A pesar de que en realidad, este tipo de respuesta de supervivencia ayuda a prevenir la inminente muerte del cuerpo por envenenamiento séptico, tendemos a rotularlos como ‘enfermedad’. En este caso, la etiqueta es conocida como cáncer.

 

Hay otras obstrucciones, más aparentes, que pueden irrumpir en nuestro bienestar. Un colon constantemente constipado impide al cuerpo eliminar los productos de desecho contenidos en las heces fecales. El retener productos tóxicos en la parte baja del los intestinos conduce a un colon tóxico y, si la situación no se resuelve, a un cuerpo tóxico. La infección renal sucede a partir de una obstrucción del flujo de orina en los riñones o la vejiga por una piedra calcificada. La retención de residuos minerales en el sistema urinario puede provocar la retención de líquidos y el aumento de peso. Si la mucosa endurecida obstruye los conductos de aire de sus pulmones, usted literalmente se queda sin aliento. La mala audición puede ser el resultado de mucosa pegajosa que ha entrado en los conductos que unen su garganta con los oídos. De la misma manera, un engrosamiento de la sangre causado por comidas o bebidas altamente creadoras de ácidos puede restringir su flujo por los capilares y arterias, y puede terminar en numerosos problemas en el cuerpo, desde la simple irritación de la piel a la artritis, un ataque cardiaco o un derrame cerebral.

           

Obstrucciones como éstas o similares en el cuerpo son directa e indirectamente ligadas al restringido desempeño hepático –en particular, al punto muerto causado por los cálculos biliares en el hígado y la vesícula.

 

La presencia de pedazos de bilis coagulada (cálculos biliares) en estos órganos interfiere de gran manera en procesos vitales como la digestión de comida, la eliminación de desechos y la neutralización de sustancias dañinas en la sangre. Al descongestionar los conductos biliares en el hígado y la vesícula, los 60-100 trillones de células en el cuerpo podrán ‘respirar’ más oxígeno, recibir suficiente cantidad de nutrientes, eliminar eficazmente sus productos de desecho metabólico y mantener perfecta comunicación con el sistema nervioso, endocrino y con el resto de las partes del cuerpo.

 

Casi todos los pacientes  que sufren de enfermedades crónicas tienen cantidades excesivas de cálculos biliares en el hígado. Esto puede verificarse fácilmente haciendo una limpieza de hígado a los enfermos crónicos. Pero hasta que se determina una enfermedad hepática específica, este vital órgano es raramente considerado como el culpable de otras enfermedades. La mayoría de los cálculos biliares en el hígado y la vesícula consisten de los mismos ‘inocuos’ componentes contenidos en la bilis líquida, siendo el colesterol el principal ingrediente. Esto las hace prácticamente ‘invisibles’ a las tecnologías de rayos X y de ultrasonido.

 

La situación es distinta en lo que se refiere a la vesícula, donde algunos de los cálculos, usualmente alrededor del 20% del total de las piedras, están constituidos principalmente de minerales, de sales de calcio y pigmentos biliares. Las modernas herramientas de diagnóstico pueden detectar fácilmente estas duras y relativamente grandes piedras, pero tienden a no ver las piedras más pequeñas y no calcificadas en el hígado. Sólo cuando hay una cantidad excesiva de piedras a base de colesterol (95% colesterol) obstruyendo los conductos biliares del hígado es que el ultrasonido revela lo que se conoce como un hígado graso. En tales casos, las imágenes del ultrasonido muestran un hígado que se ve casi completamente blanco (en lugar de verse negro). Un hígado graso puede almacenar hasta 20,000 piedras antes de sucumbir a la asfixia y dejar de funcionar.

 

Si usted tuviese un hígado graso y acudiera a su médico, él le diría que usted tendría ‘estructuras grasas’. Sin embargo, es poco probable que le dijera que también tiene piedras intra-hepáticas (piedras que obstruyen los conductos biliares del hígado). Como se mencionó anteriormente, la mayoría de las piedras intra-hepáticas no son detectables mediante una revisión con un ultrasonido. Sin embargo, un cuidadoso análisis de las imágenes por especialistas puede mostrar si los pequeños conductos biliares se han dilatado a causa de una obstrucción. Algunas de las piedras más grandes son visibles. Sin embargo, a menos de que exista una indicación de un problema hepático serio, los médicos raramente buscan estas piedras intra-hepáticas.

 

Aun si en la fase temprana de un hígado graso o piedras en los conductos biliares se pudieran reconocer y diagnosticar fácilmente, en las instalaciones médicas no hay métodos para aliviar a este vital órgano de la pesada carga que tiene que acarrear. El hecho es que muchas personas han acumulado cientos, y en casos, miles de depósitos biliares endurecidos en el hígado. Estas piedras continuamente obstruyen sus conductos biliares. En vista del adverso efecto que estos cálculos tienen en el desempeño hepático como tal, es irrelevante el que su composición sea de suaves trozos de colesterol o de sales minerales duras y cristalizadas.

 

Aun cuando nuestros médicos o nosotros mismos les consideremos como cálculos biliares convencionales, depósitos de grasa y coágulos compuestos de bilis endurecida, el efecto donde previenen a la bilis de fluir a través de los conductos biliares es común para las tres acepciones.

 

La principal pregunta es, ¿cómo una cosa tan simple como la obstrucción del flujo de bilis puede causar problemas tan complejos como la insuficiencia cardiaca congestiva, la diabetes o el cáncer? La bilis, es un líquido verdoso y alcalino, tiene múltiples funciones. Cada una de éstas afecta la salud de cada órgano y sistema en el cuerpo. Aparte de ayudar en la digestión de grasas, calcio y comidas proteínicas, la bilis es necesaria para mantener los niveles de grasa en la sangre, remover toxinas del hígado, ayudar a mantener el equilibrio ácido/alcalino del tracto intestinal y asistir al colon a evitar el desarrollo de microbios dañinos. Para mantener un sistema digestivo sano y fuerte y alimentar las células del cuerpo con la correcta cantidad de nutrientes, el hígado tienen que producir entre 1.1 y 1.6 litros de bilis al día. Una cantidad menor implicaría problemas con la digestión de comida, la eliminación de desechos y el constante esfuerzo del cuerpo por desintoxicar la sangre. Mucha gente produce solamente el equivalente a una taza o menos. Casi todos los problemas de salud son una consecuencia directa o indirecta de una reducida producción de bilis y el transporte ineficiente de la misma.


                                                               

 

Las personas con enfermedades crónicas usualmente tienen algunos miles de cálculos biliares congestionando los conductos biliares del hígado. Algunas de estas piedras pueden haber afectado a la vesícula. Al remover estas piedras a través de varias limpiezas del hígado, y mantener una dieta y estilo de vida balanceados, el hígado y la vesícula podrán restaurar su eficiencia natural, y la mayoría de los síntomas de incomodidad o enfermedad en el cuerpo empezarán a ceder. Las alergias se disminuirán o desaparecerán, el dolor de espalda se disipará, y la energía y el bienestar se mejorarán dramáticamente. El limpiar los cálculos de los conductos biliares es uno de los procedimientos más importantes y poderosos para recuperar o mejorar su salud.

(En la figura puede apreciar el hígado –Liver- Y los conductos biliares –Bile Ducts- llenos de cálculos biliares y la Vesícula –Gallbladder-)

 

En este informe usted aprenderá como remover hasta cientos de cálculos de una sola vez y sin dolor alguno. El tamaño de las piedras varía desde el tamaño de una cabeza de alfiler hasta el de una pequeña nuez. El descargue del hígado en sí, toma un tiempo de menos de 14 horas y puede hacerse convenientemente durante un fin de semana en casa.

           

Piense en el hígado como una ciudad grande, con miles de casas y calles. Hay tuberías subterráneas para distribuir agua y gas. Los sistemas de drenaje y los camiones de basura se encargan de los desperdicios. Las líneas eléctricas distribuyen energía a los hogares y negocios. Fábricas, sistemas de transporte y comercios cubren las necesidades diarias de sus habitantes. La ciudad está organizada de tal forma que provee todo lo necesario para la subsistencia de su población entera. Sin embargo, si la vida en la ciudad se paraliza como resultado de grandes huelgas, fuentes de energía en deterioro, un masivo acto terrorista o un devastador terremoto, la población comenzará a sufrir serias carencias en todos estos sectores.

 

El hígado tiene cientos de funciones diferentes y está conectado a todas las partes del cuerpo. Durante todo el día, se ocupa de crear, procesar y proveer grandes cantidades de nutrientes. Estos nutrientes alimentan entre 60 y 100 trillones de habitantes (las células) del cuerpo. Cada célula es, en sí misma, una microscópica ciudad de complejidad inmensa, con billones de reacciones químicas por segundo. Para sostener las increíbles y diversas actividades de todas las células del cuerpo sin interrupción, el hígado debe proveerlas con una corriente constante de nutrientes y hormonas. Con su complejo laberinto de venas, conductos y células especializadas, el hígado necesita estar libre de cualquier obstrucción para poder mantener una línea de producción sin problemas y un sistema de distribución de nutrientes y hormonas libre de fricciones en el cuerpo.

 

El hígado es el principal órgano responsable de procesar, convertir, distribuir y mantener las necesidades de ‘combustible’ del cuerpo. Algunas acciones involucran la simplificación de químicos complejos; otras, también importantes, involucran la síntesis, particularmente la manufactura de moléculas proteínicas. El hígado funciona como una estación de limpieza, desactivando hormonas, alcohol y drogas. En todos los casos, es la función del hígado el modificar estas sustancias biológicamente activas para que pierdan su potencial efecto dañino –un proceso llamado desintoxicación. Las células especializadas en los vasos sanguíneos del hígado (células de kupffer) atacan a los elementos dañinos y a los organismos infecciosos que llegan al hígado desde el intestino. El hígado secreta los materiales de desecho resultantes de estas acciones a través de sus conductos de bilis. Para asegurar que todo esto suceda de manera eficiente, el hígado recibe y filtra tres pintas (1 pinta equivale a 473 Ml) de sangre por minuto y produce dos y cuarto de pintas de bilis diariamente. Los cálculos biliares obstructivos pueden mermar en gran manera la capacidad del hígado para detoxificar todas estas sustancias proveídas externamente o internamente generadas en la sangre; también previenen al hígado de entregar la cantidad adecuada de nutrientes y energía a los lugares precisos del cuerpo en el momento justo. Esto puede afectar el delicado equilibrio del cuerpo, llamado ‘homeostasis’, resultando en un mal funcionamiento de sus sistemas y órganos.

 

El ejemplo perfecto de tal desequilibrio es el incremento en la concentración de hormonas endocrinas, estrógeno y aldosterona en la sangre. Estas hormonas, producidas en hombres y mujeres, son responsables del grado correcto de la retención de agua y sal; cuando no se desintoxica, como ocurre en la congestión de la vesícula y los conductos biliares, su excesiva concentración en la sangre produce la inflamación del tejido y la retención de agua. Los altos niveles de estrógeno son considerados como la primordial causa del cáncer de seno en las mujeres.

 

En los hombres, los altos niveles de esta hormona pueden causar el desarrollo de tejido en los senos. Casi un 60% de la población norteamericana tiene sobrepeso u obesidad; esto es, sufren de retención de líquidos (con comparativamente poca acumulación de tejido adiposo o grasa). La retención de fluidos en los tejidos obliga a otros materiales de desecho a ser depositados en varias partes del cuerpo. En cualquier momento que la capacidad de almacenaje de toxinas se agota, los síntomas de enfermedad aparecen.

 

Limpiar el hígado y la vesícula de todos los cálculos acumulados ayuda a restaurar la homeostasis, a balancear el peso y a preacondicionar al cuerpo para que se cure automáticamente; es también una de las mejores precauciones que uno puede tomar para protegerse contra enfermedades en el futuro.


            ¿Cómo saber si tiene cálculos biliares?


o  Puntos negros y parches de color café chicos y grandes que son del color de pecas o lunares. Por lo general aparecen en ambos lados, izquierdo y derecho, de la frente, entre las cejas o debajo de los ojos.  También pueden aparecer justo arriba de los hombros o entre los omoplatos.

o  Arrugas verticales en medio de las cejas. Puede haber una, dos y hasta tres líneas profundas.

o  Arrugas horizontales a través del puente nasal. Estas son una señal de afecciones pancreáticas debido a los cálculos biliares.

o  Coloración oscura o verde en el área de las sienes en la cabeza. Esto muestra que el hígado, la vesícula, el páncreas y el bazo se encuentran subutilizados debido a los depósitos de cálculos biliares en el hígado y vesícula.

o  Piel grasosa en el área de la frente. Esto refleja un pobre desempeño del hígado debido a cálculos biliares.

o  Pérdida del cabello en la región central de la cabeza. Esta marca indica que el hígado, el corazón, el intestino delgado, el páncreas y los órganos reproductivos están cada vez más congestionados e irritados.

o  Endurecimiento y engrosamiento en la punta de la nariz. Indica debilidad hepática crónica.

o  Nariz constantemente enrojecida.

o  Nariz leporina (fisurada) o grietas en la punta de la nariz.

o  Nariz se inclina hacia la izquierda.

o  Color de la piel debajo de los ojos amarillento. Indica que el hígado y vesícula están sobre activos.

o  Color oscuro y hasta negro debajo de los ojos. Indica agotamiento de los riñones, vejiga y órganos reproductores tienen un viejo problema.

o  Color pálido o grisáceo debajo de los ojos. Indica riñones y ocasionalmente pulmones tienen un funcionamiento defectuoso debido al mal drenaje linfático. Sistema endocrino deficiente.

o  Bolsas rellenas de agua debajo de los párpados inferiores. Estas se forman debido a la congestión de los órganos digestivos y excretores, los cuales afectan el adecuado drenaje linfático del área de la cabeza. Si estas bolsas son crónicas y contienen grasa, esto indica la presencia de inflamación, quistes y potenciales tumores en la vejiga, los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y la próstata.

o  Una nube blanquecina cubre la pupila del ojo. Esta nube consiste principalmente de mucosa y partículas de proteínas en descomposición. Esto indica el desarrollo de cataratas a consecuencia de un pobre y duradero desempeño hepático y digestivo.

o  Enrojecimiento constante en la parte blanca del ojo. Esta condición es causada por capilares salientes, lo que indica enfermedades en las funciones circulatorias y respiratorias. Los parches de mucosa blanca/amarilla en lo blanco del ojo muestran que el cuerpo esta acumulando cantidades anormales de sustancias grasas porque el hígado y la vesícula han acumulado grandes cantidades de cálculos biliares. Cuando esto sucede, hay una tendencia a desarrollar quistes y tumores benignos y malignos.

o  Una gruesa línea blanca cubre partes de la periferia del iris, especialmente la parte inferior. Esto indica la acumulación de grandes cantidades de colesterol en sistema circulatorio sanguíneo. También hay severa congestión y retención de grasas en el sistema linfático.

o  Los ojos han perdido su brillo y lustre natural. Esto indica que ambos hígado y riñones están congestionados y no se puede filtrar la sangre correctamente. La sangre “sucia”, cargada con toxinas y productos de desecho es más pesada y lenta que la sangre limpia. La sangre gruesa reduce la circulación y reduce el suministro de oxígeno y nutrientes a las células y órganos, incluyendo los ojos. Si esta condición persiste, las células se deteriorarán e inevitablemente envejecerán o se morirán. Las células de los ojos y el cerebro se ven particularmente afectadas porque la sangre tiene que luchar contra la gravedad para alcanzarles. La mayoría de los problemas de visión son el resultado directo o indirecto de la capacidad disminuida de limpieza sanguínea en el hígado y los riñones. La sangre limpia y rica en nutrientes de un hígado saludable y eficiente puede fluir fácilmente y alimentar los tejidos del ojo de una mejor manera, por lo tanto mejorando la mayoría de los problemas oculares.

o  La lengua tiene una capa amarilla/blanca, especialmente en la parte de atrás. Esto indica un desequilibrio en la secreción de bilis, la cual es la mayor causa de problemas digestivos. Los residuos tóxicos de la comida no digerida, fermentada o en descomposición permanecen en el tracto intestinal. Esto bloque el flujo de la linfa en el conducto toráxico y previene la remoción de las toxinas y microbios en la garganta y la boca.

o  Impresiones dentales en los costados de la lengua, frecuentemente acompañados de descargas de mucosa blanca. Esto indica una pobre digestión y la inadecuada absorción de nutrientes en el intestino delgado.

o  Granos en la lengua. Son indicadores de una pobre digestión y la presencia de comida fermentada o en descomposición en ambos intestinos grueso y delgado.

o  Grietas en la lengua. Estos son señales de un viejo problema en el colon. La comida no se mezcla con suficiente bilis, lo que permite que ácidos tóxicos dañen y trastornen las paredes del colon. Puede haber un poco o nada de descargas mucosas en la lengua.

o  Continúas descargas de mucosas a la garganta y boca. La bilis puede regurgitarse hacia el estomago, irritando su revestimiento protector y causando la excesiva producción de mucosa. Alguna bilis y mucosa pueden llegar el área de la boca. Esto puede crear un mal sabor (amargo) en la boca y da pie a repetidos intentos de limpiar la garganta, lo que muchas veces significa toser. La descarga de mucosas sin el sabor amargo es el resultado de una pobre digestión de la comida y la generación de toxinas. La mucosa ayuda a atrapar y neutralizar algunas de estas toxinas, pero produce la congestión como efecto secundario.

o  Mal aliento y eructos frecuentes. Ambos indican la presencia de comida mal digerida, fermentada o en descomposición en el tracto gastrointestinal. La bacteria que actúa en el material de desecho produce gases, los cuales en ocasiones pueden ser tóxicos, de ahí el mal olor que emana del aliento.

o  Formación de costras en las esquinas de la boca. Esto indica la presencia de úlceras duodenales, causadas por la regurgitación de bilis en el estómago, u otras razones mencionadas anteriormente. Las úlceras en varias partes de la boca o la lengua son muestra de que hay inflamación o ulceración en las partes correspondientes en el tracto gastrointestinal. Por ejemplo, una úlcera bucal en la parte exterior del labio inferior indica la presencia de úlceras en el intestino grueso.

o  Herpes en el labio corresponde a una severa inflamación y ulceración en la pared intestinal.

o  Manchas oscuras o parches en los labios. Estas marcas ocurren cuando las obstrucciones en el hígado, la vesícula y los riñones resultan en la disminución y estancamiento de la circulación sanguínea y el drenaje linfático por todo el cuerpo. Puede haber una constricción avanzada y anormal de los capilares sanguíneos. Si el color de los labios es rojizo (oscuro) o morado, esto indica que las funciones cardiacas, pulmonares y respiratorias se encuentran disminuidas.

o  Labios hinchados o expandidos. Esta condición indica enfermedades intestinales. Si el labio inferior está hinchado, el colon sufre de constipación, diarrea o ambos, alternadamente. Los gases son producidos por la comida mal digerida, lo que da pie a la hinchazón e incomodidad abdominal. Un labio superior hinchado indica problemas estomacales, incluyendo la indigestión, frecuentemente acompañada de acidez estomacal. Una boca apretada y anormal indica que la persona sufre de problemas del hígado, vesícula y probablemente los riñones. Si el labio inferior esta seco, se agrieta y pela fácilmente, puede haber ya sea constipación o diarrea crónica, y grandes cantidades de ácidos tóxicos prevalecientes en el colon. Esta condición esta acompañada de una severa deshidratación de las células del colon.

o  Encías hinchadas, sensibles o sangrantes. Cualquiera de estos síntomas ocurre cuando el drenaje linfático en el área de la boca es ineficiente debido a una congestión de la linfa intestinal. Hay una sobrecarga de compuestos ácidos en la sangre. La inflamación en la garganta, con o sin inflamación en las amígdalas, también es resultado de una obstrucción linfática. La amigdalitis, la cual es frecuente en los niños, es una señal de una constante retención de toxinas contenidas en los líquidos linfáticos.

o  Problemas en dientes. Cada diente corresponde a una vértebra en la columna y cada vértebra esta conectada a un órgano o glándula de importancia. Por ejemplo, si cualquiera de los cuatro dientes caninos tiene caries, esto indica la presencia de cálculos biliares en el hígado y vesícula. Los dientes, particularmente los caninos, con color amarillento indican la presencia de toxinas en los órganos localizados en la región abdominal media, léase el hígado, la vesícula, el estómago, el páncreas y el bazo. Las bacterias no son las responsables de las caries en los dientes. Ellas solo atacan al diente cuando ya existe un desequilibrio en el radio ácido/alcalino. Las secreciones de saliva también juegan un muy importante papel en la protección de los dientes. Los dientes verdaderamente saludables duran toda la vida.

o  Amalgamas, empastes, ortodoncia, implantes, puentes de metal, gutaperchas, todos son responsables de tóxicos en el hígado y generan envenenamiento para todo el organismo.

o  Piel grasa y blanca en las puntas de los dedos. Esto es señal de disfunciones en el sistema digestivo y linfático. Además, el hígado y los riñones pueden estar desarrollando quistes y tumores. Hay una descarga de azúcar y grasas excesivas.

o  Uñas color rojo oscuro. Apuntan a un alto contenido de colesterol, ácidos grasos y minerales en la sangre. El hígado, la vesícula y el bazo están congestionados y con poca actividad, y todas las funciones excretoras están sobrecargadas con productos de desecho. Las uñas blanquecinas indican la acumulación de grasa y mucosa en y alrededor del corazón, el hígado, el páncreas, la próstata y los ovarios. Esta condición se acompaña de una pobre circulación sanguínea y bajos niveles de hemoglobina (anemia).

o  Líneas verticales en las uñas. Estas por lo general son indicativas de una pobre absorción de comida y la interrupción de importantes funciones digestivas, hepáticas y renales. Puede haber una fatiga general. Líneas verticales marcadas fuertemente en las uñas y que tengan puntas separadas muestran que las funciones de los testículos y/o los ovarios están desequilibradas, a consecuencia de la poca eficiencia de los sistemas digestivo y circulatorio. Mellas horizontales en las uñas muestran cambios inusuales o drásticos en los hábitos alimenticios. Los puntos blancos en las uñas muestran una excesiva eliminación de azúcares de varias fuentes alimenticias, acompañado de una pérdida de calcio o zinc.

o  Endurecimientos en la planta del pie. Esta condición muestra un endurecimiento progresivo de los órganos localizados en la parte media del cuerpo, incluyendo al hígado, el estomago, el páncreas y el bazo. También indica la acumulación de numerosos cálculos biliares en el hígado y la vesícula. Esto además es señal de rigidez física y mental, y la tendencia hacia la dominación, el prejuicio y los celos.

o  Pies con color amarillento. Esto indica la acumulación de muchos cálculos biliares en el hígado y la vesícula. Si el color de cualquier parte del pie es de color verdoso, el funcionamiento del bazo y la linfa están seriamente alterados, lo que puede conducir a la creación de quistes, y tumores benignos y malignos.

o  Dureza en la punta del cuarto dedo del pie o callosidades en el área inferior del cuarto dedo del pie. Esto es un síntoma de que las funciones de la vesícula están inactivas. Rigidez generalizada, el encorvamiento y el dolor en el cuarto dedo del pie indican una larga historia de cálculos biliares en el hígado y la vesícula.

o  Primer dedo del pie curveado. Si él dedo más largo del pie se encorva hacia el segundo dedo del pie, las funciones hepáticas están inhibidas debido a la presencia de cálculos biliares en los conductos biliares del hígado. Al mismo tiempo, el bazo y las funciones linfáticas tienen una sobre actividad debido a la acumulación de residuos tóxicos de comidas no digeridas correctamente, y desechos metabólicos y celulares.

o  Color blanco y superficies duras en la cuarta y quinta uñas del pie. Esto indica un pobre desempeño del hígado y la vesícula, así como de los riñones y la vejiga.

o  Las heces fecales despiden olores fuertes, amargos o penetrantes. Esto significa que la comida no ha sido digerida correctamente. La comida fermentada o en descomposición y la presencia de grandes cantidades de bacteria " poco amigable " en las heces fecales provocan el olor anormal y la textura pegajosa. Las heces fecales normales están cubiertas de una delgada capa de mucosa, previniendo que el ano se ensucie.

o  Heces fecales secas y duras. Son indicación de estreñimiento, como lo son las heces fecales pegajosas. La diarrea es otra señal del pobre desempeño del sistema digestivo y el hígado, en particular.

o  Las heces fecales se ven de color pálido o color arcilla. Esta es otra señal del pobre desempeño hepático (la bilis da a las heces fecales su color café). Si las heces fecales flotan, es porque contienen grandes cantidades de grasa sin digerir, haciéndolas más ligeras que el agua.

o  Puede haber una mayor cantidad de señales y síntomas que indican la presencia de cálculos biliares en el hígado y la vesícula, un número mayor a las enlistadas anteriormente. Dolores en el hombro derecho, la epicondilitis lateral (codo de tenista), hombro paralizado, adormecimiento de las piernas, y la ciática, por ejemplo, pueden obtener relaciones obvias con los cálculos biliares en el hígado. Sin embargo, al remover los cálculos biliares, esas condiciones desaparecen generalmente.

o  El cuerpo es una red de información, y cada parte tiene influencia y se comunica con el resto de las partes. Marcas o señales que aparentemente son insignificantes en la piel, los ojos, o los dedos de los pies, pueden ser las señales de condiciones de salud más severas. Al reconocerlas y al limpiar el hígado y la vesícula, junto con la adopción de un régimen alimenticio y un estilo de vida saludable; las señales del bienestar y la vitalidad comienzan a reaparecer. Para prevenir las enfermedades y hacer la permanencia de la salud una realidad, primero se necesita entender las causas de los cálculos biliares.


Los tratamientos convencionales para tratar los cálculos biliares intentan ya sea disolver los cálculos biliares en la vesícula, o remover la vesícula con cirugía. Sin embargo, esos tratamientos no tienen ningún efecto en las grandes cantidades de piedras que están congestionando los conductos biliares del hígado. Las personas que tienen cálculos biliares en la vesícula tienen muchos más en el hígado. El remover la vesícula o sus piedras no incrementa sustancialmente el flujo de bilis, porque las piedras que están alojadas en los conductos biliares del hígado continúan deteniendo flujo de bilis. Aún en el caso de una cirugía para remover la vesícula, la situación continúa siendo problemática para el cuerpo. Dado que el instrumento de bombeo de la bilis (vesícula) ha sido removido, la poca bilis que esta disponible desde el hígado fluye a cuentagotas. Así que, el flujo descontrolado de bilis al tracto intestinal continúa siendo una causa de severos problemas con la digestión y la absorción de comida, especialmente si ésta contiene grasas.

 

El resultado es una creciente cantidad de desechos tóxicos que se acumulan en el tracto intestinal y sistema linfático. La restricción en las habilidades para digerir y asimilar las grasas estimula a las células hepáticas para incrementar la producción de colesterol. El efecto secundario que surge de esta maniobra de emergencia del cuerpo es la generación de más cálculos en los conductos biliares del hígado.

 

Por lo tanto, el remover la vesícula no es la solución para aliviar los problemas digestivos, sino que se vuelve una causa de mayores y más severas complicaciones en el cuerpo, como el cáncer y las enfermedades cardíacas.

 

Cualquier tratamiento de la vesícula, sin importar lo avanzado o sofisticado que sea, puede ser considerado como una gota en el océano, porque no elimina el problema principal, que es la congestión de los conductos biliares con cientos o miles de cálculos en el hígado.

 

La medicina convencional ofrece tres principales enfoques para tratar los cálculos biliares:

 

1. Disolución de Cálculos Biliares 


Para pacientes con síntomas leves o de poca frecuencia, o para aquéllos que no desean una cirugía, existen medicamentos disponibles que aseguran poder disolver los cálculos biliares. Al principio, el gradualmente disolver los cálculos biliares con medicamentos que contienen sales biliares (terapia oral de disolución) parece una buena idea. Los medicamentos se consumen en forma de tabletas durante 12 meses, lo que puede provocar una disminución en los niveles de colesterol en la bilis. Sin embargo no hay garantía de ello. Según el British Medical Journal, el uso de sales biliares tiene un porcentaje de error tan alto como un 50%. Además, muchos pacientes "exitosos" simplemente no experimentan la disolución completa de los cálculos biliares en su vesícula. Se ha comprobado que este método es efectivo en la disolución de las piedras de colesterol, pero no resuelve el problema mayor-la acumulación de cálculos biliares en el hígado. Todavía no existe la suficiente evidencia científica para determinar los efectos secundarios resultantes de este tratamiento.

 

2. Ondas de choque: 


Otra alternativa,  la cirugía es la litotripsia, la cual es una técnica donde los cálculos biliares son literalmente golpeados por una serie de ondas de choque. En un reporte del Lancet (un prestigiado boletín médico inglés) en 1993, se determinó que esta terapia tiene serias complicaciones porque puede provocar daños en los riñones y elevar la presión arterial. Ambos efectos secundarios pueden contribuir al incremento en el número de cálculos biliares en el hígado. Además, este procedimiento, en el cual los cálculos biliares son fragmentados a través de ondas de choque, deja residuos tóxicos de los cálculos biliares los cuáles pueden rápidamente convertirse en tierra fértil donde se desarrolle bacteria dañina y parásitos y, por lo tanto, infecciones en el cuerpo. Estudios recientes han confirmado que la mayoría de los pacientes bajo este tipo de tratamiento experimentan sangrado interno desde una pequeña hemorragia hasta una gran pérdida de sangre que requiere de transfusiones sanguíneas. Este tratamiento tiene también una alta tasa de recurrencia de piedras.

 

3. Cirugía:


En 1991, 600,000 estadounidenses se sometieron a cirugía para remover la vesícula. Desde entonces, el número se ha incrementado constantemente. Una operación de la vesícula cuesta entre $8,000 y $10,000 dólares y toma entre 40 y 45 min. con una laparoscopia. Mientras la cirugía de vesícula abierta –colecistectomía- es aún frecuentemente utilizada para pacientes con dolor frecuente o severo, o tienen un historial de colecistitis, la colecistectomía laparoscópica se ha convertido en la técnica quirúrgica más utilizada. Con la cirugía tradicional, la vesícula se remueve a través de una técnica de cirugía abierta que requiere una incisión en la piel y anestesia general. Durante la colecistectomía laparoscópica, también llamada "operación de cerraduras", la vesícula llena de piedras se jala literalmente a través de una pequeña incisión en el abdomen. Algunas veces, la colecistectomía abierta se requiere cuando la operación laparoscópica no es útil.

 

Con la laparoscopia, los pacientes parecen recuperarse mucho más rápido y por lo general salen del hospital y regresan a sus actividades regulares en pocos días. Sin embargo, desde su introducción, este tratamiento “curita o tirita” de la vesícula ha provocado que muchos pacientes se sometan a una operación de la vesícula sin necesidad; esto es, para eliminar algunos síntomas de incomodidad persistentes en el paciente. Además de no tener ningún efecto en la tasa de mortalidad general de las enfermedades de la vesícula, la cirugía laparoscópica tiene sus riesgos.


Tanto como el 10% de los pacientes salen de la cirugía con piedras aún alojados en los conductos biliares, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (Nota: los conductos biliares a los que referimos en esta sección no son los conductos biliares del hígado). Según el boletín Mayo Health Oasis (un boletín de la famosa Clínica Mayo), otros riesgos incluyen los cálculos biliares perdidos en la cavidad peritoneal, la adhesión abdominal y posiblemente una endiocarditis infecciosa. Y según el New England Journal of Medicine, este procedimiento puede causar hemorragias, inflamación del páncreas -una condición potencialmente fatal-y perforación de la pared del duodeno.

 

También puede haber daños y succión de los conductos biliares, así como filtraciones de bilis al abdomen, incrementando la posibilidad de desarrollar una infección severa.

 

 Las heridas de los conductos biliares se han incrementado dramáticamente como resultado del uso de la cirugía laparoscópica. En Ontario, Canadá, donde el 86% de las operaciones de vesícula se hacen de esta forma, el número de heridas a los conductos biliares se ha incrementado en un 305% desde que este método se convirtió en el estándar.

           

En cierto número de pacientes, los cálculos biliares se alojan en el conducto biliar común (el principal conducto biliar que lleva al duodeno). En algunos casos, el remover la vesícula no alivia los síntomas de los cálculos biliares. Para mejorar su situación, un tubo flexible se coloca en la boca y se avanza hasta el punto donde la bilis común entra al duodeno.

 

Con este procedimiento, se dilata la apertura del conducto biliar y las piedras son arrojadas al intestino delgado. Desafortunadamente, muchas de estas piedras se alojan en el intestino delgado o grueso, convirtiéndose en una fuente constante de infección intestinal o problemas similares.

 

Conclusión

 

Ninguno de los procedimientos mencionados anteriormente se refiere a la causa de las enfermedades de la vesícula. De hecho, contribuyen a continuar la irrupción de los procesos digestivos y eliminativos del cuerpo. El alivio de corto plazo que un paciente pudiera sentir después de que se le haya removido la vesícula pudieran confundir al paciente y hacerle creer que ha sido curado. Sin embargo, la verdad es que la continua o, incluso, una empeorada interrupción de las secreciones de bilis en el hígado puede contribuir al desarrollo de problemas de salud más severos que las enfermedades de la vesícula.

 

El siguiente capítulo describe un procedimiento simple, pero que de manera efectiva, segura e indolora remueve no sólo los cálculos de la vesícula o los conductos biliares, sino, y más importante, los cientos y miles de cálculos en el hígado. Es extremadamente desafortunado que a millones de personas se les haya removido su vesícula de manera innecesaria, o que hayan perdido la vida a consecuencia de enfermedades del hígado o la vesícula. Afortunadamente existe un método simple, barato y sin riesgos para que cada persona restaure de manera natural el hígado y la vesícula para prevenir futuras enfermedades.


 (Del libro ¨ La Sorprendrente Limpieza Hepática y de la Vesícula¨ de Andreas Moritz)

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            ¿Qué puede esperar de una limpieza hepática?


*     Una vida libre de enfermedades.

*     Mejorar la digestión, la energía y la vitalidad.

*     Libertad del dolor.

*     Un cuerpo más flexible.

*     Detener el proceso del envejecimiento.

*     Belleza interna y externa.

*     Mejora en la salud emocional.

*     Claridad Mental.

*     Mejora en la creatividad.

*     Liberarse de miedos, angustias, pánico, pesadillas.

*     Recuperar la alegría, la capacidad de la determinación.


Recomendaciones especiales:


1.     Después de haber eliminado todos sus cálculos a través de una serie de limpiezas hepáticas, lo mejor es limpiar el hígado dos veces al año. El primer año se recomiendan de 4 a 6 limpiezas. Si se encuentra enfermo, mínimo 6 limpiezas.

2.     La mejor época para la limpieza es una semana antes de un cambio de estación. Haga sus limpiezas alrededor de los días 21 de marzo, 21 de junio, 21 de septiembre, 21 de diciembre.

3.     Mantenga su colon limpio. Un intestino grueso, débil, irritado y congestionado, se convierte en campo fértil para la aparición de bacteria, la cual, simplemente se comporta como tal. Antes de cada limpieza hepática realice una limpieza intestinal. El mal funcionamiento de intestinos produce: Dolor en la espalda; cuello; hombros, problemas en los pies; dificultad para concentrarse; fatiga, pasividad; gripe e influenza; estreñimientos o diarrea; problemas digestivos; hinchazón, enfermedad de Crohn; colitis ulcerosa;síndrome del intestino irritable; diverticulitis; diverticulos; permeabilidad intestinal aumentada (síndrome del instestino agujereado); dolor en la parte baja del estómago (especialmente el lado izquierdo). Solicite el protocolo de limpieza intestinal.

4.     Antes de comenzar su primera limpieza hepática realice una limpieza de riñones y cada tres limpiezas hepáticas vuelva a repetir la limpieza renal.

5.     Beba agua ozonizada. Mínimo 4 vasos diarios. Compre un pequeño ozonizador de 300 MG por hora. El ozonizador es un excelente eliminador de bacterias y/o tóxicos del agua que consume a diario.

6.     Consuma Vitamina C, en polvo, en altas dosis. O su variedad de Escaramujo (Vitamina C, en forma orgánica). Alimente adecuadamente sus glóbulos blancos, busque la receta de cómo alimentarlos en este libro.

7.     Consuma Sal Marina, sin refinar.

8.     Duerma lo suficiente. Todo lo que duerma antes de la 00 hora de la noche, su cuerpo se lo agradecerá.

9.     Tome infusiones de hierbas para el hígado y riñones, todo el tiempo que pueda. Recuerde que una infusión no es lo mismo que un te. Jamás ponga agua muy caliente o hirviendo sobre las hierbas, se vuelven tóxicas. Humedezca primero con agua fría y luego ponga a calentar, hasta hervir. Hervir por 5 a 7 minutos, retirar del fuego, dejar reposar por 5 minutos y luego colar. Nunca deje las hierbas dentro del líquido por mucho tiempo.

10.  Reemplace todas sus piezas dentales metálicas, son los principales tóxicos para el hígado, riñones, intestinos, linfa, cerebro y articulaciones. 


La limpieza del hígado no es algo que se haya inventado recientemente. Todas las antiguas culturas y civilizaciones sabían de la necesidad de mantener el hígado limpio. Existen muchas fórmulas útiles para limpieza que han sido transmitidas través de las generaciones ya sea por educación ancestral o curanderos tradicionales. A pesar de que los mecanismos exactos de estos procedimientos probados por el tiempo no eran tan conocidos como lo son el día de hoy.

 

Toda casa y aparato requieren algún tipo de mantenimiento y reparación con el tiempo; de otra forma se pierde el verdadero propósito de su diseño. El mismo principio también se aplica al hígado. No hay otro órgano del cuerpo, después del cerebro, que sea tan complejo y tenga tantas funciones vitales como el hígado.

 

Limpiar el hígado no es algo que alguien más pueda hacer por usted. Este es un método de autoayuda que requiere un profundo sentido de responsabilidad y confianza en la sabiduría natural e innata del cuerpo. Usted solamente procederá a limpiar su hígado cuándo sepa que esto es algo que absolutamente tiene que hacer. Son pocas las enfermedades que no pueden ser efectivamente aliviadas al mejorar el desempeño hepático. Para entender el gran significado de la limpieza hepática, necesita experimentar personalmente el sentimiento de tener un hígado que ha sido aliviado al arrojar dos puñados de cálculos biliares.

 

Para mí, la limpieza hepática es una experiencia milagrosa, lo cual es razón suficiente para compartirla con aquéllos que desean ayudarse a si mismos.